miércoles, 26 de enero de 2011

Dos momentos que son el mismo...

El era derrotado de nuevo por el deseo de una amante a la que nunca había amado. Sentía algo parecido a la vergüenza y la decepción, y una punzada atravesó su pecho cuando Ella apareció en sus pensamientos.

En el mismo instante, lejos de allí, Ella encontraba su mirada en los rostros de todos y de ninguno, y las calles encaladas y serenas de aquel lugar le traían el eco de las risas que antaño habían compartido… le gustaba echarle de menos.
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lunes, 24 de enero de 2011

Frío...

Miro a la luna y le hago preguntas. Mi gata se acomoda en mi regazo y le hago preguntas. Miro al cielo y busco respuestas en la forma de las nubes, en el vuelo de los pájaros. Me voy a dormir, cierro los ojos y en la fría oscuridad de mi habitación me hago preguntas. Me miro cada mañana en el espejo y pregunto…
-Qué está pasando?
Y el cristalino reflejo me devuelve impasible la incógnita, para que me la lleve de paseo a donde quiera que vaya.
Y tu…
Sabes tu lo que pasa?
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viernes, 21 de enero de 2011

Secuencia...

La luna llena.
Aparcamiento en primera fila.
Una lechuza blanca volando dentro del recinto.
Un euro en un sillón de masajes.
La risa de mi mejor amiga.
Telepizza no me gusta.
Angelina Jolie está demasiado flaca.
La luna inmensa.
Las luces de los molinos de viento.
Javier Ruibal llenando mi coche.
Brugal con Pepsi Light, cortito.
Ancela en fase de negación.
Cigarrillo, frío y sueño.
La luna…
Buenas noches.
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domingo, 16 de enero de 2011

Pequeño poema que no rima...

Tengo el mapa del tesoro.
Y tengo una brújula que siempre marca el Sur.
Solo me falta que grites mi nombre,
para poder encontrarte.
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jueves, 6 de enero de 2011

Manicomio...

De niñas devoran las películas de Disney, sintiéndose princesas y enamorándose locamente del príncipe azul… “Cuando sea mayor viviré en un palacio y pasearé por las tardes a la grupa del corcel blanco de mi amado, mientras los pajarillos cantan canciones de amor”.

A medida que van creciendo, se creen demasiado mayores para los dibujos y se enganchan a las comedias románticas de Hollywood, donde el chico cambia de la noche a la mañana su forma de ser, para dejar de ser un vividor y descubrir su lado sensible pidiéndole matrimonio en la pantalla gigante durante la final de la Super Bowl a la mojigata enamorada de turno. Todos comen perdices, todo es perfecto… “Si a Drew Barrymore le pasó, a mi también me puede pasar”.

A los 25 ya se han convertido en unas taradas emocionales. Como no encuentran príncipes por ninguna parte, pasan la vida besando sapos, con la esperanza de que ocurra un milagro. Pero los sapos siguen siendo sapos y estos pobres anfibios no están a su altura, así que tratan de cambiarlos desesperadamente… “yo te quiero cielo, pero vistes de pena y tus amigos son unos borrachos, la música que escuchas es un asco y prefieres jugar a la Play que ir conmigo a la playa… tienes que cambiar”.