jueves, 6 de enero de 2011

Manicomio...

De niñas devoran las películas de Disney, sintiéndose princesas y enamorándose locamente del príncipe azul… “Cuando sea mayor viviré en un palacio y pasearé por las tardes a la grupa del corcel blanco de mi amado, mientras los pajarillos cantan canciones de amor”.

A medida que van creciendo, se creen demasiado mayores para los dibujos y se enganchan a las comedias románticas de Hollywood, donde el chico cambia de la noche a la mañana su forma de ser, para dejar de ser un vividor y descubrir su lado sensible pidiéndole matrimonio en la pantalla gigante durante la final de la Super Bowl a la mojigata enamorada de turno. Todos comen perdices, todo es perfecto… “Si a Drew Barrymore le pasó, a mi también me puede pasar”.

A los 25 ya se han convertido en unas taradas emocionales. Como no encuentran príncipes por ninguna parte, pasan la vida besando sapos, con la esperanza de que ocurra un milagro. Pero los sapos siguen siendo sapos y estos pobres anfibios no están a su altura, así que tratan de cambiarlos desesperadamente… “yo te quiero cielo, pero vistes de pena y tus amigos son unos borrachos, la música que escuchas es un asco y prefieres jugar a la Play que ir conmigo a la playa… tienes que cambiar”.

Cuando son mayores se sienten tan desesperadas y han bajado tanto el listón que el príncipe se ha convertido en un tipo medio calvo, barrigón, metido de lleno en la crisis de los 40 y que está tan quemado de aguantar novias locas que la idea de buscar pareja estable le parece tan atractiva como pillarse los cojones con el portón del antiguo ayuntamiento. Y sin embargo ahí siguen ellas, mirándolo todo desde el otro lado de su cristal mágico… “El solo necesita cariño y yo conseguiré cambiarle porque soy diferente a todas las demás que ha conocido, solo se hace de rogar porque lo ha pasado mal, pero yo estoy aquí para salvarle la vida”.

Ellas…

Y yo… en medio de unas y otros, soy la que se ha vuelto más chalada. Soy la más loca de todos: mantengo una abstinencia sexual que raya en lo cómico, mientras espero, sin mover un solo músculo, que ocurra un milagro y llegue a mi vida un hombre en condiciones… estoy como una cabra o no?.
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12 comentarios:

elbucaro dijo...

Menudo retrato sociológico que has escrito sobre la mujer, desde que es niña hasta la cuarentena. Las relaciones humanas son muy complejas y se escapan de cualquieras coordenadas, por eso hasta volviéndote chalada, no dudes, que algún día podrás encontrar a esa persona que sea capaz de darte la ternura necesaria para que te cures de esa chaladura. Un besote.

Unknown dijo...

pero... si a mi no me importa estar chalada... si hasta me gusta!

Anónimo dijo...

Pues si no tienes novio ya será porque no te da la gana tenerlo, porque tios hay haciendo cola.
Yo pensaba que estabas con el tio ese de la guitarra, solo hay que ver como te mira, no jodas que no te has dado cuenta Canalla!, o tu eres muy rarita o el muy tonto.
Yo una vez lo intenté y me gruñiste, pero no te la guardo porque me caes de puta madre.

King dijo...

Es bueno conocerse...

BURK dijo...

Me vi caga en to lo muerto de to lo quesemenea y el solemne kinario del cristo la exaltacion der coño mi prima!!!!

Que passa!!!que nunca habei visto a Jose Maria Iñigo subio en lo alto de lo canguro amarillo del caucaso???

yo esque lo flipo...menuda panda colgaos!!!aaaaaaaaaatomaporculo!!!

Anónimo dijo...

A todos nos ha quedado claro que Javi no te echa ni puta cuenta.
Un consejo cambia el chip de una vez que nos aburres a todos.
Se te ve el plumero..¡¡¡¡¡¡

Anónimo dijo...

Eres la Aida de salsa rosa pero en internet.¡que asco!

Peter dijo...

uy!, por aquí apesta a envidia y de la mala, a ti si que se te ve el plumero!!!

Canalla sigue escribiendo por favor, no tengas en cuenta a los troll, si no les gusta lo que leen pues que no lean, que nadie les obliga. Que desagradecida es la gente, se creen con derecho a exiguir o a criticar cuando tu no cobras ni un duro por escribir, la gente no sabe el esfuerzo que supone mantener un blog y menos uno con una calidad como la del tuyo.
Gracias por compartir Canalla!

Begoña dijo...

Hola, Canalla! No te conozco de nada, encontré tus blogs de casualidad y tengo que decirte que me encanta leerte! a mi parecer, lo haces estupendamente.
Un saludo y no dejes de sorprendernos!

Anónimo dijo...

Así hablaba Nirgelep…

Yo maldigo al embustero, y también al tergiversador. Yo maldigo a aquel que siempre ha cambiado lo blanco por lo negro. Jamás existió un príncipe, sólo ha existido una princesa.

Su cabello era rubio, sus labios finos, su nariz aguileña, sus ojos no tenían la marca de Lea, su piel no era como dicen sino más fea.

La princesa tenía un espejo, el único mágico, aquel que refleja lo contrario y lo de arriba abajo.

Un buen día la princesa tropezó en uno de sus artilugios para amaestrar pitijopos, se tambaleó y observó a cámara lenta como su preciado espejo se precipitaba inexorable hacia el suelo. Sabiendo de la fragilidad de los espejos mágicos (en el pasado y en el futuro existieron más de uno) temió lo peor. Sintió dentro de sí ese sentimiento instantáneo de angustia que tanto le gustaba, pero, para su asombro, no sucedió lo esperado.

Recogió el espejo pausadamente y lo giró, y al girarlo se miró, y al mirarse contempló que algo en él había cambiado. Su fondo ya no era plateado, sino dorado como el diente de un gitano. Y en aquel momento, al ver reflejada su verdadera imagen, supo que era ella la que debía salir a buscar a su sapo. Entonces, montó en su burro… y salió.

Unknown dijo...

dejemos a los sapos tranquilos, que están muy agustito en su charca, disfrutando de todo su verdor...

Anónimo dijo...

con muy poquita edad y muy poquita experiencia, y siendo una verdadera abonada a las comedias románticas, estoy completamente de acuerdo en estar en contra (que raro suena) del pensamiento " Si a Drew Barrymore le pasó, a mi también me puede pasar". Por favor, un poquito de cordura, que ya va siendo hora de poner los pies en la tierra!;)