sábado, 20 de noviembre de 2010

Antimateria...

Es como toda esa movida de la cerveza, el café calentito, el cigarrillo nada más levantarte... el amor, la felicidad... no encajan conmigo, pero me gustaría...
Será que tengo una tuerca mal engrasada?
Es envidia?, de qué habláis?, por qué parecéis tan felices?, es real?
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Hace un rato he visto un vídeo (maldita tecnología), de un tipo que va a cumplir los 40... imagináos el vídeo, en honor a sí mismo... el final es lo mejor, o lo peor (según seáis de hijoputas)... termina con una perspectiva isométrica de un pivón (a sus ojos), exótica, cual catálogo de la sección de lycra del Venca... hace un barrido de pies a cabeza... "esta es mi novia", y esta novia posa favorecida sobre el capó de mi mercedes deportivo... si señor, voy a cumplir 40!, con dos cojones, siendo el más igual y el más ninguno de todos los hombres... y sale en todo el recorrido visual de su vida como el más sonriente y feliz de los humanos. Tanto que me lo creo. De verdad, me lo creo, igual que me he tenido que creer, a base de bulímia televisiva que Belén Esteban es tonta.
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Yo solo soy feliz a ratos, no podría hacer un vídeo de mis 38 porque parecería una loca, saldría igualmente descojonada con la sonrisa más radiante, que con el aire más triste y solitario que se pueda interpretar en el rostro de alguien, pero si hiciera semejante recopilatorio, creo fundamental que el dolor quede reflejado, porque no nos engañemos, el dolor estuvo ahí, agarrado a nuestras terminaciones nerviosas...

Como decía (que se me va la olla), solo soy feliz a ratos, pero otros muchos ratos me siento muy inquieta... como con necesidad... de qué?... he ahí... sea lo que sea... lo que tengo ahora, que está entre el bien y el mal, no es suficiente... al menos, a ratos...

Y ahí, en un rincón, guardo mi pasado... que intenta boicotearme, contaminando mi vida de cosas inútiles. Quizás las llamo inútiles porque intento desesperadamente deshacerme de todo. De todo lo que me ha provocado dolor...

Sin embargo, a veces, el dolor es lo único que te recuerda que sigues viva.

Es más, en lugar de acostarme, que es lo que toda persona razonalble haría, voy a volver a tomarme la última, porque es lo que en realidad me apetecía hacer antes de decidir marcharme anticipadamente.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

jajajaja eres genial!