Yo soy la Resistencia...

No he renunciado a tener hijos, no he sacrificado ningún matrimonio perfecto con el ingeniero Tommy Hilfiger que soñaba mi madre para mi.

Y no lo he hecho, no lo siento como una pérdida, porque nunca lo he necesitado, nunca he sentido mío ese deseo.

Nunca he querido ser madre, no siento absolutamente nada cuando me hablan de la "magia" que supone crear una vida, sentirla crecer dentro de ti... si acaso siento algo, es terror físico. Nada más.

Lo se porque soy capaz de sentir una pasión casi incontrolable por otras cosas tan sencillas, que a otros les parecería absurdo el solo hecho de hacer una comparación.

No tengo más pretensión que la de ser feliz. No he hecho con mi vida nada que vaya a dejar una marca en los libros de historia. Y aunque soy la mayor fan de mi difícil ego, no me llama especialmente la atención dejar huella. Nadie es especial y todo el mundo lo es, esa es la maravilla y la decepción de nuestro paso por la vida. Cuando hayamos muerto todo dará igual. Y soy tan consciente de ello, que mi única obsesión es sentir que he vivido siendo YO, aun a pesar de los que vayan quedando por el camino.

Y por eso no me arrastra la marea, ni me enamoro una sola noche, ni le entrego mi vida a un hijo, ni dejo un solo instante de sentir cada cosa que llega a mi y que consiga despertarme... ni me abandono al dolor, ni dejo de entregarme cada vez que se alinean los planetas, ni dejo de preguntarme el por qué de las cosas... y me permito equivocarme, porque es la única manera que tengo de crecer.

Ya vivimos en muchas cárceles, como para ponernos barreras nosotros mismos. Voy a seguir mi camino, el que solo yo veo, aunque me deje la piel en ello. Qué vas a hacer tu?.

(Dedicado a  Ancela, por darme papel y boli y chupitos y pepsi light y amistad, cuando lo necesito)

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